Bocaditos de morcilla con pimientos del piquillo y cebolla confitada.
No sé porqué pero cuando llega el domingo la pereza acude a
la hora de la comida y ya se sabe, es día de hacer paella o pollo asado de la
tienda de la esquina.
Por otro lado, suele ser el día en el que tal vez consigamos
comer en familia después de toda la semana trabajando y sería buena ocasión
para alegrar la vista, y el gusto con alguna “chuchería”.
Dentro de nuestra gama de productos de la tierra contamos con
una elaboración muy antigua y que sigue utilizándose para preparar pinchos. Me
refiero a las morcillas. ¿Quién no las ha tomado en su pueblo? (los que tengan
pueblo). Yo no tengo la fortuna de contar con un pueblo de nacimiento, soy de
ciudad, pero tengo la ventaja de que voy adoptando todas esas elaboraciones
artesanas cuando viajo por los pueblos de España. Así tengo que decir que me
entusiasma la morcilla típica de Burgos, y la suelo preparar de la siguiente
manera.
Con un cortapastas saco unos panecillos redondos del pan de
molde y los tuesto en en horno.
Quito la piel de la morcilla y parto en rodajas de unos dos
centímetros y las frío.
Añado cebolla confitada con piñones y unas titiras de
pimiento rojo asado o pimiento del piquillo salteado con sal y azúcar. Monto
según se ve en la foto.
Os aseguro que cuando han venido invitados a casa (y no eran
vegetarianos) los pinchos han volado.
¡espero que os guste!
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