Zaragoza. Tierras de frutales
Illueca, Campo de Borja, Moncayo. Una zona hasta hace unos dias desconocida para mi y que me ha sorprendido gratamente. Campos repletos de frutales que en estos dias lucen sus frutos maduros esperando que los recolecten. Almendros, melocotoneros, manzanos. Es un gozo poder ver y probar estos frutos de la tierra que gracias a los esfuerzos de los agricultores llegan hasta nuestras mesas.
Además, hermosas edificaciones como el castillo del Papa Luna en Illueca, o la catedral de Tarazona y su única en España antigua plaza de toros octogonal. Para rematar, lo que más me ha gustado de la escapada: el parque natural de la Dehesa del Moncayo y la abadía cisterciense de Veruela.
El parque natural, un vergel en medio del desierto, gracias a los vientos del oeste que llegan cargados de agua y se paran al toparse con los 2314 metros, la cumbre más alta del sistema ibérico. Según ascendemos podemos contemplar los robledales, hayedos, abedules y pinos que conforman un ecosistema interesante de contemplar y explorar.
Antes de comenzar el ascenso nos encontramos viniendo desde Zaragoza con el increíblemente bello Monasterio de Veruela. Lugar que sirvió de inspiración a poetas y pintores como Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano Valeriano.
Lugar de paz y meditación armonizado por su bello claustro gótico y su iglesia abacial de portada románica. Una parada reconfortante antes de emprender la subida a la montaña.
Además, hermosas edificaciones como el castillo del Papa Luna en Illueca, o la catedral de Tarazona y su única en España antigua plaza de toros octogonal. Para rematar, lo que más me ha gustado de la escapada: el parque natural de la Dehesa del Moncayo y la abadía cisterciense de Veruela.
El parque natural, un vergel en medio del desierto, gracias a los vientos del oeste que llegan cargados de agua y se paran al toparse con los 2314 metros, la cumbre más alta del sistema ibérico. Según ascendemos podemos contemplar los robledales, hayedos, abedules y pinos que conforman un ecosistema interesante de contemplar y explorar.
Antes de comenzar el ascenso nos encontramos viniendo desde Zaragoza con el increíblemente bello Monasterio de Veruela. Lugar que sirvió de inspiración a poetas y pintores como Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano Valeriano.
Lugar de paz y meditación armonizado por su bello claustro gótico y su iglesia abacial de portada románica. Una parada reconfortante antes de emprender la subida a la montaña.
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