Métodos de conservación de los alimentos: el ahumado
Existen múltiples métodos para conseguir guardar los
alimentos por mucho tiempo. Las técnicas son muy diferentes dependiendo del
método empleado: frío, calor, deshidratación, irradiación, envasado al vacío,
métodos químicos, etc…
Hoy me voy a centrar en hablaros del ahumado y además os
daré una receta para hacer vuestros propios “ahumados” aunque sin tener que
ponerle humo.
La técnica del ahumado se enmarca dentro de los métodos de
conservación por elementos químicos. De esto saben mucho en los países nórdicos
donde son famosos y exportados a todo el mundo los pescados preparados de esta
forma, sobre todo el salmón y el bacalao.
Como la propia palabra indica el alimento es ahumado
mediante la combustión de maderas con bajo contenido en resinas que le confieren
un sabor y aroma a humo. El humo actúa como esterilizante y antioxidante.
Se seleccionan las maderas para evitar el contenido en
resinas y se aplican métodos a bajas temperaturas. De esta forma se disminuyen
la cantidad de sustancias tóxicas que se producen con el ahumado.
El salmón es muy beneficioso para prevenir enfermedades
coronarias ya que es rico en ácidos grasos omega 3. Es conveniente tomar
pescado al menos una vez a la semana. Si aumentamos este consumo hasta cinco
veces aumentamos también el nivel de
protección para nuestras arterias.
Para obtener un resultado similar al del ahumado
utilizaremos la técnica del marinado. Así podremos hacerlo nosotros mismos y
disfrutar de un pescado mucho más sano.
INGREDIENTES
·
1 ½ de salmón o bacalao frescos
·
1 kg. Sal
·
2 kg. Azúcar
·
Un poco de eneldo
·
1 naranja en zumo
·
Un copia de brandy
ELABORACION
Mezclad la sal, el azúcar y el eneldo. En una fuente añadid
un poco de la mezcla, poned el salmón, y añadid el resto de la mezcla. Echad
por encima el brandy y el zumo de naranja.
Poned un peso aproximado de 3 ó 4 kg encima y dejad reposar 24 horas en
el frigorífico. Después limpiad con agua fría para quitar la mezcla, humedeced
con aceite de oliva, dejad reposar y metedlo en el frigorífico entero. Aguanta 30 días de esta manera, si lo dejáis
sin laminar, pero si preferís tener una parte preparada para consumir de
inmediato podéis sacar las láminas y conservarlas en un recipiente cubiertas de
aceite.
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