Burgos. Atapuerca, un rincón asombroso del pasado

Tierras castellanas, tierras de frío, tierras de gente cálida. Así percibo esas inmensas llanuras que rodean la sierra de Atapuerca. Es magnífico contemplar esas suaves colinas y pensar que hace millones de años nuestros antepasados se "paseaban" por allí. La vida puede parecernos dura ahora pero entonces lo era infinitamente más. Todo el santo día andando y buscando comida. Y además había que tener mucho cuidado de no ser la comida de otros animales y ...congéneres. Sí, existía el canibalismo. Bufff!!! . Siempre he pensado que el hombre es el ser más peligroso pero también el más fascinante. En el pueblo de Atapuerca existe un centro de recepción de visitantes que acoge a todo aquel que sienta interés por aprender, por saber algo de nuestros tataratataratarabuelos. Las visitas son guiadas y hay que reservar con antelación si quieres asegurarte una plaza en los grupos. Las personas que guían la visita son gente muy preparada y que ilustra perfectamente el escenario donde se desarrollaron las andanzas de nuestros antepasados. Son ellos los que hacen de esta visita una experiencia perfecta para ir en familia, eso sí. Aunque no pasa nada porque vayan los niños pequeños es cierto que sólo los más mayorcitos ( a partir de 12 años diría yo ) aprecian lo que allí se ve y se cuenta. Si quieres más información sólo tienes que visitar la página web. www.atapuerca. com.

Para comer no tienes problema. En el mismo pueblo hay un restaurante y si no en el pueblo de al lado, Ibeas de Juarros tienes un magnífico lugar: el restaurante Los claveles. Antes era un típico bar de pueblo con su comedor y sus platos caseros, pero han hecho reforma y se ha convertido en un elegante local donde su cocina sigue mereciendo la pena.
Un poco más adelante en la carretera que lleva hacia Burgos hay otro restaurante muy curioso. Los braseros. Un restaurante para celebrar bodas pero también para degustar una estupenda "olla podrida" con sus alubias canela y sus aderezos de carne, morcilla, chorizo, etc... servidos como segundo plato. El lugar es curioso de visitar por su pequeño museo de antigüedades y su minitienda de productos típicos de la región. Te atiende una servicial camarera vestida con atuendo típico y hospitalidad característica de las gentes castellanas.

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